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martes, 24 de agosto de 2010

La inasistencia de los hinchas comienza por los dirigentes.

Estuve leyendo la nota que publicó hoy martes 24 de Agosto el diario El Mercurio y me detuve a reflexionar, ya que es un tema que me apasiona y al cuál le he dedicado más de alguna hora de trabajo. (Hice mi memoria de Ingeniero en una "Estrategia Comercial para el sistema de socios del CDUC".

Como primera impresión que me llevo, está la irresponsabilidad del periodista de comparar peras con manzanas y dar un veredicto que parece real y objetivo, pero que le falta bastante información. Comparar la 20va fecha de un torneo de 40 con la fase regular de un torneo de playoffs me parece incorrecto a lo menos. Porque en las últimas fechas de un campeonato corto está la mejor parte y produce mayores asistencias al estadio. Si se quiere comparar, se deben comparar el campeonato largo con la sumatoria de los 2 campeonatos cortos con PO incluidos, y eso debe hacerse cuando se tiene la información completa, el resto es irresponsabilidad.

Además, está el agravante de lo acontecido en este año, partidos suspendidos por el terremoto, estadios dañados y la remodelación del estadio nacional que impide que la Universidad de Chile actue de local. Que la U no juegue en stgo con un promedio cercano a las 20mil personas por partido y que juegue en Coquimbo con 3500 personas, afecta a todo el promedio. De hecho, que Colo-Colo no le arriende su estadio a la U le produce más daños a ellos mismos. Qué pasaría si la U llena el estadio Monumental para un partido?? probablemente eso aumentará el público de CC para el partido siguiente.

Dejándo de lado un poco esa nota, de todas formas la asistencia a los estadios en Chile es vergonzosa, aún si fuera mejor o igual que la del año pasado, y si uno lee abajo la columna del presidente de Osorno, lo grafica muy bien. No se ha hecho un análisis adecuado, con herramientas y especialistas, del comportamiento del hincha, ni de qué factores influyen en su decisión de ir al estadio o no. Más allá de los 90 minutos hay muchas variables en las cuales no han profundizado. La experiencia de ir al estadio, y la toma de decisión, comienza con la información del partido, a qué hora es, qué clima habrá, cual es el rival, cómo se presentan los equipos, etc. Sigue con el traslado hacia el recinto, particular o público, sigue con la seguridad afuera del estadio, con la fila para comprar la entrada y el precio de la misma. Ahí ya vamos llegando al climax que es el partido y estar adentro del estadio, la oferta de comida, la comodidad de los asientos, la seguridad al interior, el desempeño del equipo (ojo que es un punto más solamente, con relevancia pero un punto más), el resultado. Luego está la seguridad a la salida, la oferta de transporte público al regreso (siempre es menor a la oferta de llegada), y culmina con el retorno al hogar. En ese trayecto, el espectador hace un recuento y un balance sobre si volvería o no.

Alguno de los dirigentes de los equipos grandes se ha preguntado eso? ha vivido esa experiencia? Sabe cuál es la diferencia entre los distintos grupos heterogéneos de simpatizantes de su club?? Sabe qué es lo que quiere cada uno? Sabe qué ofertarles? Según yo, no lo tienen para nada claro.

Entonces, sino conocen a sus clientes, ni el proceso de toma de decisión, cómo CRESTA quieren tener muchos hinchas y que más encima vayan siempre?

Está bien que el ser hincha de un equipo sea algo más pasional que racional, y que el amor por los colores sobrepase barreras (ni yo sé como he recorrido más de mil kms en un ratito para ver a mi equipo, comerme un 0-0 y más encima tener ganas de hacerlo de nuevo), pero por favor no abusen del hincha que es el más noble de todo esto.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Cueste lo que Cueste

Supongo que los amantes del fútbol han escuchado en más de alguna ocasión la frasesita de que hay que ganar "Cueste lo que cueste", pero quizás no muchos han analizado qué significa eso en la realidad o si de verdad están dispuestos a incurrir en cualquier costo por el objetivo de ganar.

El Real Madrid por ejemplo, para intentar ganarle algo al Barcelona gastó la temporada pasada una cifra cercana a los 200 millones de dólares y no ganó nada. ¿Te asegura algo eso? ¿Existe alguna fórmula en el fútbol que te asegure ganar? Si alguien la conoce pro favor hágamelo saber.

Olimpia para su centenario ganó la Copa Libertadores, en una de las versiones más escandalosas de toda la historia en dicha competición. Donde en el camino incluso se le dieron los puntos de un partido en la altura de calama porque a un árbitro se le hizo una herida supuestamente con una moneda de 10 pesos chilenos!! Y nadie dijo nada... ni de Cobreloa, ni de la federación (que queda precisamente en Asunción) y es un hecho sin precedentes en competiciones de este continente al menos.

Pero todo cae por su propio peso, años despues el club quebró, descendió a segunda división, y lleva años en el anonimato sudamericano. A mí por lo menos no me extraña que el ganar esa copa les haya costado más de lo que pensaron en su momento, sólo porque era "cueste lo que cueste".

¿Estarán contentos con ello los hinchas de Olimpia? -No lo sé, porque no vivo en Paraguay, pero al menos yo no lo estaría.

Algo similar le pasó a esta Universidad de Chile, que empezó a enfilar buenos resultados con una forma de juego muy riesgosa que es defenderse muy cerca de tu arco para tener espacio en el contragolpe. Le fue gustanto cada vez más esa forma de jugar que no tuvo variantes y se le olvidó otra faceta del fútbol que es ser protagonista. Quizás le pasó eso porque tuvo "su" estadio en remodelación durante casi un año y no pudo ejercer la localía totalmente, pero se le olvidó ser protagonista y sacrificó eso en post de ganar a todo costa.

Lo único que ganó fue una desilusión terrible para sus hinchas, darle una pena enorme al pobre Montillo que se fue entre lágrimas y con el corazón roto. Expuso a su arquero que atajó todo, al error de una pelota que iba fuera y se transformó en villano para algunos. Y se ganó las burlas de sus acérrimos rivales.

Cuando uno se centra sólo en los resultados y no en el camino que hay que recorrer para llegar, a veces se queda sin bencina y otras, cuando te pierdes no sabes por donde volver para reencontrar tu rumbo. El ganar no lo es todo, es la parte más bonita y a su vez quizás la más importante y por la que luchamos todos. Pero nadie tiene recetas para ganar, el tema va por la forma que uno quiere lograrlo y de las convicciones personales.

Yo al menos haría una estadística de los equipos ganadores y de la forma en que lo logran, creo que el caso de Mourinho es particular y no general. Para mí, jugar bien es lo que te maximiza las posibilidades de ganar... Ahora preguntarán ¿Qué es jugar bien? Bueno, eso también da para largo y lo dejaremos para otro momento.

Una cuestión de convicción.

Ayer fue un mal día para los hinchas azules, que llenaron el Nacional con unas entradas de champions league. Pero me salta una pregunta, ¿Estaban convencidos de que la manera de jugar de su equipo los iba a llevar a jugar por primera vez una final de copa libertadores? ¿Estaban convencidos los jugadores de ello? - Mmmmm más o menos diría yo...

Más o menos porque en el papel sí, estadio colmado, entradas agotadas en tiempo récord, gran campaña de visitante y qué mejor que culminarla en su mítico estadio recién acondicionado.

Pero faltaba una gran prueba, la misma que ha tenido en los clásicos nacionales del presente año y que no ha podido superar. La prueba de si al tener a su gente al lado no los iba a impulsar a buscar el otro arco de otra forma a la que quiere su técnico o la que se ha visto en esta campaña al menos. Y cómo opinión personal creo que no estaban 100% convencidos de que jugando así merecieran llegar a la final, ni los hinchas ni los jugadores.

Esa prueba vino de la peor forma posible, un autogol de su figura al arco, (si dije AUTOGOL porque la pelota iba 3 metros afuera) y jamás pudieron reponerse de ello. Lo intentaron, sí. Pelearon el partido, también. Pero con más ganas que ideas, con más heroísmo que convencimiento y empuje que bien fútbol.

Más allá de eso ayer en la U se notó la carencia de obreros, de jugadores que pusieran sus recursos a disposición del equipo, cosa que le sobró a Chivas porque sólo de esa forma se puede llegar a una final de copa a un equipo con el Bofo Bautista de capo del equipo. En cambio en los locales sólo se vió al Pepe Rojas y en menor medida a Contreras que al menos lo intentó (y ambos se fueron reemplazados).

No estoy de acuerdo con el cambio de Firulais y las críticas de que no pasaba al ataque, cómo iba a pasar si por su lado Omar Bravo se estaba dando un picnic y de casualidad no hizo goles. Pero como suele pasar en el fútbol y en los Dts que fanfarronean mucho, siempre sacan al más calladito, que precisamente en general es el que en silencio juega para el equipo sin hacer alardes.

Cuando empezaba el partido (aún 0-0) el uruguayo Rodriguez (5) le tiró un caño de antología a un jugador de las Chivas y me vino a la cabeza un famoso dicho del baseball “El que parte ponchando, termina llorando”, y esa jugada muestra a las claras que habían jugadores que pensaron más en la final y en cómo iban a ser héroes nacionales que en el partido presente.

En el segundo tiempo (con el 2-0) Seymour se fue de puntero derecho, Iturra de central, Victorino de 9, etc... Cuando quedaba casi media hora de partido aún. Dejó un vacío tremendo en el centro del campo, espacio que jamás le peleó a Chivas y por ello su jóven volante central Mejía salió elegido la figura de la cancha. En el medio se defiende y también se ataca, y la U ni defendió ni atacó precisamente porque en esa línea no jugó. Los de arriba fueron peligrosos y los de atrás a veces valuartes, pero el medio desnudó todo ya que dejó al visitante hacer lo que quería y poner las pelotas con el tiempo y espacio necesario.

Fue un muy duro golpe para todos, darse cuenta de que por fútbol (no por garra, amor a la camiseta y estupideces ajenas) no merecían llegar a la primera final de copa libertadores, el problema es que se dieron cuenta en el peor momento y no había nada que hacer para remediarlo... Porque no estaban convencidos de que así lo podían lograr.